Dicho esto, seamos optimistas, aunque el presupuesto inicial se pase un poco de nuestros planes, siempre podemos ir tirando de aquí y de allí para ahorrar unos eurillos. Es solo cuestión de pensar un poco y exprimir lo que tenemos, ya sea haciendo nosotros mismos el trabajo o reutilizando material. En internet hay cantidad de ideas, manualidades, manuales, mercadillos, etc.
Una vez que tenemos claro lo que queremos y hemos hecho una lista de lo que necesitamos, hacemos un presupuesto aproximado. Si hay que hacer obras o pedir algún mueble a medida, pedimos presupuesto. En cuanto a muebles, decoración y textiles es algo relativo. Depende de dónde miremos y lo que nos guste puede variar bastante el precio. En este caso, hacemos una aproximación, decidimos cuánto queremos gastar y luego buscamos algo que se ajuste a eso.
Un presupuesto es algo que puede ir variando, sobre todo si no tenemos las cosas claras. También debemos tener en cuenta que los improvistos EXISTEN. Siempre, siempre, siempre pasa algo. Nos enamoramos de las cortinas más caras, rompemos una tubería, nos despistamos y miramos los precios sin IVA... Debemos tener en cuenta este margen y guardar algo de dinero.
Cuando terminemos debemos tener una estimación de lo que nos gastaremos en total. Redondead a lo alto, si luego nos sobra dinero mejor. Ahora toca ver si podemos pagarlo. Si vemos que el presupuesto es demasiado alto, podemos hacer dos cosas. Una, la que he mencionado antes, intentar buscar lo más barato, ser creativos, hacer un proyecto sencillo, cosas básicas y simples. Un buen proyecto de decoración no siempre es caro, solo debemos saber combinar tres cosas, orden, color e iluminación.
Si aún recortando nos pasamos mucho del presupuesto quizá debemos plantearnos el proceso de nuevo. Volvemos a reflexionar y hacemos otra lista de imprescindibles.
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